2020-10-08

EL OTRO

Se desprendía la tarde de la tierra.
Me despedí de mí. Me di la mano.
Me quedé en la ventana
mirándome partir.
Volví a mirar de pronto:
estaba en la ventana
abierta hacia el Poniente
en donde ya no estás.
Me fui. Me dejé solo en la ventana.
Y suspiré por mí: solo. Perdido. Lejos.
Y seguí andando sin saber a dónde.
Y no volví de nuevo la cabeza
pues no está bien que así no más un hombre
se eche a llorar.
Me fui pensando que quedaba solo
en la ventana: triste,
sin mí, sin ti, sin nadie.
Abandonado.
Ya para siempre estoy lejos de mí.

—Eduardo Carranza


0 comentarios:

Con la tecnología de Blogger.
 
;