2020-11-08

MONÓLOGO DE JONÁS

Cuando echaron las suertes y los hombres furiosos me arrojaron al mar
creí que era el fin. Pero esto es más que el fin.
Si comiera de la carne de este animal durante el resto de mis días
no alcanzaría la salida. Así es la profundidad
de mi cautiverio.
He transcurrido mucho tiempo sin otro sol
que mi propio fuego
A veces me confunde el tumulto de su respiración,
la trepidación de sus latidos magnificados por el eco
a través de las muchas cavidades.
Como si fuera yo quien respirara
como si mis propios latidos lo inventaran.
Acaso sea yo el corazón de la ballena.
— RÓMULO BUSTOS

0 comentarios:

Con la tecnología de Blogger.
 
;