A veces me parese que mi sangre me fluye
Igual como una fuente, en fuertes sacudidas
Y la siento fluir en constante murmullo,
Pero en vano me palpo para hallar mis heridas.
Por la ciudad se extiende como u cuerpo cerrado,
Incitando la sed de toda criatura,
Transformando las calles en islotes sangrientos
Y tiñendo de rojo toda la natura
Y en vano he recurrido a los vinos capciosos
Para dormir un día el terror que me mina
Que el vino vuelve el ojo claro y la oreja fina.
Quiero buscar olvido en blancos placeres,
Pero mi amor solo fue un colchón de alfileres
Por allí doy mi sangre a las crueles mujeres.
Charles Baudelaire
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