2008-11-05

EL IDIOTA PAGA

EL IDIOTA PAGA
Hace años que me doy cuenta y no me importa. Pero nunca se me ocurrió escribirlo porque la idiotez me pareció un tema muy desagradable especialmente si es quien lo expone. Puede que la palabra idiota sea demasiado rotunda pero prefiero ponerla de entrada y calientita sobre el plato, aunque los amigos la crean exagerada en vez de emplear otra como: tonto, lelo, o retardado y que después los mismos amigos opinen que uno se ha quedado corto. En realidad no pasa nada, pero ser idiota lo pone a uno completamente aparte y aunque tiene sus cosas buenas, es evidente a ratos hay como una nostalgia, un deseo de cruzar ala vereda de enfrente donde amigos y parientes están reunidos en una misma inteligencia y comprensión, y frotarse contra ellos para notar que no hay diferencia apreciable y que todo va buenísimo, lo triste es que todo va malísimo cuando uno es el idiota. Por ejemplo en el teatro. Yo voy a teatro con mi mujer y algún amigo, hay un espectáculo de mimos checos o bailarines tailandeses y estoy seguro que apenas comienza la función voy a encontrar que todo es una maravilla, me divierto me conmuevo enormemente los diálogos, los gestos o las danzas me llegan como visiones sobre naturales, aplaudo hasta romperme las manos y a veces me lloran los ojos o me río hasta el borde del piso y en todo caso me alegro de vivir y de haber ido esa noche al teatro , o al cine , o aun a exposición de cuadros o a cualquier sitio donde gentes extraordinarias esta haciendo y mostrando cosas que jamás se habían imaginado antes, inventando, lugar de revelación y encuentro algo que me alaba en los momentos en que no ocurre nada mas de lo que ocurre todo el tiempo. Y así estoy deslumbrado y contento que cuando llega el intervalo me levanto entusiasmado y aplaudo a los actores y le digo a mi mujer que los mimos checos son la maravilla y que la escena en que el pescador echa el anzuelo y ve avanzar un pez fosforescente a media altura; es absolutamente inaudita y mi mujer también se ha divertido y ha aplaudido, pero pronto me doy cuenta ese instante tiene algo de herida, de agujero ronco y húmedo.
Que su diversión y sus aplausos no han sido como los míos y que además casi siempre hay con nosotros un amigo que también se ha divertido y aplaudido pero nunca como yo. Y también me doy cuenta que esta diciendo con suma sensatez e inteligencia que el espectáculo es bonito y que los actores no son malos pero que desde luego no hay gran originalidad en las ideas, sin contar con que el color de los trajes son mediocres y la puesta en escena bastante insostenida y cosas y cosas…

0 comentarios:

Con la tecnología de Blogger.
 
;