I
La selva arrulla a sus hijos con sus susurros mojados
mientras un sol perezoso inicia su caída lenta;
con su lengua pegajosa
lame nuestra piel húmeda y cobriza.
Los árboles enormes crecen por encima de nosotros
tejiendo un abrazo interminable
que se repite hasta la orilla del mar y las montañas.
La selva arrulla a sus hijos con sus susurros mojados
mientras un sol perezoso inicia su caída lenta;
con su lengua pegajosa
lame nuestra piel húmeda y cobriza.
Los árboles enormes crecen por encima de nosotros
tejiendo un abrazo interminable
que se repite hasta la orilla del mar y las montañas.
II
Nosotros, sus hijos,
también crecemos
bajo su espesa sombra vegetal.
Nosotros, sus hijos,
también crecemos
bajo su espesa sombra vegetal.
III
Yo voy a dormirme contra la tierra tibia.
Yo voy a dormirme contra la tierra tibia.
IV
Yo voy a acurrucarme a escuchar
sus broncos ríos
que nunca acaban de pasar.
Yo voy a acurrucarme a escuchar
sus broncos ríos
que nunca acaban de pasar.
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