Para variar estamos en guerra.
Contra los zancudos porque nos hurtan los sueños.
Contra las polillas
porque juegan con la luz descrestando nuestro asombro.
Contra las cucarachas
porque a hurtadillas reciclan las sobras de nuestra noche.
Contra los mosquitos
porque nos roban la pereza
y elevan por el aire la metáfora de nuestra sangre.
Contra las pulgas
porque envidiamos sus volantines de fiesta
y sus gambetas en las cuevas tibias de las colchas.
Contra los piojos
porque piensan por nosotros
y conocen los lugares secretos de nuestras calvas.
Para variar estamos en guerra.
A veces nos matamos
para combatir la rutina.
—JAIME LONDOÑO (Bogotá, 1959)
Contra los zancudos porque nos hurtan los sueños.
Contra las polillas
porque juegan con la luz descrestando nuestro asombro.
Contra las cucarachas
porque a hurtadillas reciclan las sobras de nuestra noche.
Contra los mosquitos
porque nos roban la pereza
y elevan por el aire la metáfora de nuestra sangre.
Contra las pulgas
porque envidiamos sus volantines de fiesta
y sus gambetas en las cuevas tibias de las colchas.
Contra los piojos
porque piensan por nosotros
y conocen los lugares secretos de nuestras calvas.
Para variar estamos en guerra.
A veces nos matamos
para combatir la rutina.
—JAIME LONDOÑO (Bogotá, 1959)
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