Le pregunto al tendero gordo,
con toda seguridad:
—¿Usted es Dios, señor?
Y él me responde,
mientras Corta trocitos de jamón,
mientras mueren
poco a poco sus ojos:
—No, no soy Dios, pero sí lo conozco.
—¿Cómo es él?—le preguntó.
Y él me responde:—Es así.
Y me da su tamaño, su peso, sus medidas.
—Héctor Rojas Herazo
0 comentarios:
Publicar un comentario